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La soberbia acabará con ellos

El pasado viernes me vi envuelto en el primer acto que seguirá a otros cuantos en los que no me gustaría estar, pero en los que estaré porque no soporto las injusticias y menos las que me afectan directamente, como es lógico.

El pasado viernes acudí, junto con un abogado, al acto convocado en Sevilla por el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación de la Junta de Andalucía, tras haber interpuesto papeleta de conciliación por despido improcedente contra la empresa municipal Cuervo de Sevilla Comunicación. Una papeleta de conciliación, para quien no lo sepa, es la herramienta que tiene el trabajador -previa a la vía judicial laboral- para reclamar a la empresa lo que estima que es suyo. En mi caso, primero he interpuesto la papeleta por despido improcente, porque volvían a ofrecerme un contrato de 3 meses que, finalmente era de sólo un mes y, encima, con condiciones. Y segundo, he interpuesto otra papeleta de conciliación por reclamación de cantidad, en este caso, contra Cuervo de Sevilla Comunicación y el Ayuntamiento de El Cuervo de Sevilla.

Durante todo este tiempo, he realizado un montonazo de horas extras que no me han sido compensadas económicamente ni compensadas con tiempo libre. Horas extras que, al no haber nadie más trabajando en Radio Cuervo salvo yo, tenía que cubrirlas (actos un domingo cualquiera, ruedas de prensa a las diez de la noche, feria del pan, feria de Octubre, plenos hasta las 12 de la noche, retransmisión del concurso de carnaval hasta las 6 de la mañana, etc.). Horas extras que están justificadas y recogidas en el sistema de control de huella digital que registra a diario todos los movimientos de los trabajadores del Ayuntamiento y que se puso, precisamente, para eso: para que las horas extras de los trabajadores quedaran registradas y se les pudiera pagar. Con otras palabras, pero que vino a decir eso mismo, lo dijo la Delegada de Hacienda en un pleno para justificar el coste del aparatito.

Volviendo al tema, con las papeletas de conciliación de lo que se trata es que las partes (trabajador y empresa) lleguen a un acuerdo para no recurrir al siguiente paso, la demanda judicial laboral. Pero claro, para que haya acuerdo entre ambas partes, como mínimo, tienen que estar las dos partes presentes o, al menos, los abogados en representación de ellas y tiene que haber intención -cosa importante- de llegar a un acuerdo.

Como digo, el pasado viernes fue el acto por la de despido improcedente y, hoy martes, ha sido el acto por la de reclamación de cantidad. En ninguno de los dos actos hubo, siquiera, intención de llegar a un acuerdo por parte de la empresa municipal ni por parte del Ayuntamiento. Bueno, en realidad, en ninguno de los dos actos se ha presentado nadie representando a Cuervo de Sevilla Comunicación, salvo su abogado, ni nadie en representación del Ayuntamiento (ni siquiera un abogado). Abogado que, por cierto, es de Utrera y no de El Cuervo.

La ley lo dice claro: en el supuesto en los que alguna de las partes no asista a la comparecencia o ésta se celebre sin acuerdo, la otra podrá interponer demanda ante el Juzgado de lo Social.

2 respuestas a «La soberbia acabará con ellos»

LAS FORMAS DE PROCEDER

El horror es siempre del instante, porque surge una coincidencia de seres o de situaciones que no concuerdan. Y ahora es horror del anacronismo de un ayuntamiento mágico en el que hemos recaído después de haber llegado a la plenitud de un pueblo modelado por el logos. El pueblo que precede al descubrimiento del pensar- del ser y de la identidad- aspira a ese descubrimiento y lo anuncia entre bastidores.

La situación de hoy es más intrincada porque la reaparición de ese ayuntamiento mágico se verifica en lo que respecta al contencioso-administrativo que presenta El Cuervo ante la Audiencia Nacional, respecto al trazado de la futura autovía, sin haberse debatido en el pleno del mismo.

El señor alcalde teniendo la potestad que le confiere la ley eleva el recurso en nombre del ayuntamiento de El Cuervo, pero lo hace infrigiendo la norma fundamental de la democracia, la soberanía popular reside en el pueblo, y la soberanía de un pueblo, la representación legítima y democrática de los designios de un pueblo son atribuciones conferidas de forma explicita al pleno de la corporación, el único que representa en su expresión inequívoca al pueblo.

El equipo de gobierno puede llevar a pleno los puntos que crea convenientes, no incluir aquellos que le sean desfavorables en su resolución final por la alquimia política y el equilibrio de fuerzas, pero lo que no puede hacer es cercenar los derechos de la ciudadanía refrendada por toda la corporación política elegida libremente en las urnas.

Dictar y ejecutar resoluciones injustas sabiendo que son injustas tiene un nombre, la defensa de los intereses de un pueblo no se pueden anteponer a la conciencia y el conocimiento del mismo.

Si la oposición en el consistorio cuerveño es conocedora de este tipo de artimañas legales pero nada democráticas, estará incurriendo en la misma ofensa a la ciudadanía, si por el contrario lo desconoce (cosa poco probable), deberá pedir explicaciones de forma inmediata para restablecer la honorabilidad al tan denostado ejercicio de la política, y sobre todo para reparar los derechos de aquellos que no debieron perderlos nunca.

Con dos eggs!!. Por favor, cuando se darán cuenta estos personajes de IU que trabajan con personas, no objetos que quito y pongo según como levante por la mañana. ¡¡Haced de una vez un curso de Recursos Humanos, aunque sea básico de 100 horas, y aprended a trabajar con PERSONAS!!

Lo último, la selección del nuevo personal para la Radio. INDIGNANTE.

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