En esta España que nos ha tocado vivir, apostamos siempre por llegar a destiempo; cuando ocurre una desgracia es cuando tomamos cartas en el asunto, pero no antes y, lo peor de todo, es que nunca aprendemos. Siempre es así.
Si alguien muere al cruzar un paso a nivel en mal estado, quitamos o arreglamos el paso a nivel. Si unos niños están manipulando-jugando con la pistola de papá, se dispara y muere uno de ellos, cogemos la pistola y la encerramos en un lugar seguro. Y lo mismo ocurre con los premios; siempre a título póstumo, pero éste sería otro asunto, aunque tiene su similitud.
El caso es que el pasado Sábado 2 de Agosto fallecía una amazona de la Unidad de Caballería de la Policía Nacional como consecuencia de una caída de su caballo y, según dicen, es habitual que no vistan nada en la cabeza que las proteja cuando están en acto de servicio. Hoy se ha confirmado que todos los funcionarios destinados en caballería llevarán un casco como medida de seguridad ante estos casos.
Insisto, esta muerte se podía haber evitado o tal vez no, pero teníamos que haber hecho lo posible para que no fuese por un simple casco.
Visto | la noticia de la amazona